La mayoría de la gente juzga la calidad de un producto por su packaging. Si no me creen, muchos recordarán los primeros ejemplos de packaging de las marcas propias de algunos supermercados, quizá en su momento dirigidos a un nivel socioeconómico medio-bajo. Pero a pesar de que ese tipo de packaging respondía a una necesidad de hacerlo lo más barato posible, no quiere decir que un buen packaging es sinónimo de algo de lujo o caro. No, a veces se pueden hacer cosas muy creativas con los más comunes materiales. Apoyándonos de elementos como el color, la tipografía o el material en si, se puede llegar a incrementar drásticamente las ventas de un producto y resaltar entre sus competidores. ¿Qué les parecen éstos ejemplos?
Fuente: Webneel
0 comentarios :
Publicar un comentario