¿Por qué?
Se baja de su bici, del metro, del pesero, de su auto y antes de trasponer el umbral de la agencia nacional o internacional un buen creativo debe preguntarse: ¿A qué vengo aquí? La pregunta es trascendente o intrascendente según la respuesta.
¿Qué vengo a hacer aquí? Es una antena que te puede conectar con tu mejor calidad de creatividad. Un humilde empleado de una fábrica de autos, que se dedicaba a quitarle el polvo a los autos recién salidos de la línea de ensamble ante la pregunta ¿Y usted qué hace aquí? Respondió: Yo fabrico autos. Sus demás compañeros habían respondido “Yo aprieto tornillos” “Yo ensamblo puertas” “Yo pongo llantas”.
La Primera Pregunta tiene la capacidad de reenfocar la cabeza, la pone a punto y la hace más certera a la hora de trabajar. La actitud con la que se paga un cigarro en el puesto de la esquina no sirve para trabajar en el área creativa de ninguna agencia. Por eso, la Primera Pregunta es tan vital. La sola pregunta tiene la capacidad de conectarte con la mejor parte de tu cerebro, esa que sabe cómo se escribe bien, cómo se hace buena dirección de arte. La respuesta es lo de menos. Cualquier atleta hace calentamiento antes de lanzarse por el record mundial. La Primera Pregunta es el calentamiento del músculo creativo. ¿Qué vengo a hacer aquí?.
Fuente: roastbrief
"Lo importante es no dejar de hacerse preguntas".
Albert Einstein.
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