Para que cualquier mensaje visual sea efectivo y se traduzca en un objeto de diseño exitoso hay que tomar en cuenta algunos elementos que resultan esenciales para tal propósito.
El objetivo central de todo elemento de diseño es el de emitir un mensaje y ofrecer funcionalidad para la solución de problemas concretos y para que ambas tareas ocurran resulta de gran utilidad plantear ciertas acciones concretas que el diseño debe generar.
Hablemos de un logotipo, un cartel, la portada de una publicación, un banner, una página de inicio, un empaque, un mueble, un aparato electrónico o cualquier otro producto u objeto de diseño, en todos ellos es necesario que existan cuatro acciones que tanto el receptor de mensaje visual o el usuario de un objeto deben experimentar para que se les pueda considerar como exitosos.
Llamar la atención
A través de las correctas funciones de un diseño industrial o de las características propias de algún objeto visual es necesario llamar a la mirada del espectador o del usuario. De la innovación o una adecuada disposición de elementos visuales depende el llamado de atención.
Provocar interés
Una vez que se ha llamado la atención de las personas, un producto o diseño pueden generar el interés suficiente como para permanecer en un portal web o continuar la lectura de alguna publicación. Si el diseño se ha generado a conciencia, seguramente provocará este interés.
Objetos de deseo
Cuando un diseño se convierte en un objeto de deseo está cumplido gran parte de su objetivo central. Los grandes éxitos de los aparadores se dan cuando los productos que se promueven en ellos se convierten en la codicia de las personas y se venden en grandes cantidades.
Llamado a la acción
Cuando un diseño o producto genera fidelidad es posible afirmar que se dio un cambio de conducta y la realización de acciones concretas por cuenta propia. Cuando un diseño es capaz de definir un estilo de vida o ciertas conductas, su éxito es indiscutible.
0 comentarios :
Publicar un comentario